Lo primero que captura la mirada al entrar en el restaurante es el gran horno para pizzas que se encuentra en el centro de la sala, enfrente del bar. En todo el proyecto se usan elementos que rememoran la tradición, combinados con un toque moderno que le da mucha personalidad al local.
El guiño a la tradición está presente tanto en los materiales como en los colores utilizados. El rosa, el rojo y los tonos terrizos crean un efecto retro y rinden homenaje a la cultura italiana, tal como los collages de las paredes que recuerdan las decoraciones típicas de los años 50.
Los clientes del White Monkey se zambullen en el mundo de la tradición italiana, hecha de momentos e imágenes combinados de forma moderna por los arquitectos responsables del proyecto. Entre ellos destacan las columnas blancas y las decoraciones de perlas que evocan la sensualidad típica del estilo de vida italiano de forma original y acogedora.