Este ejemplo excepcional de arquitectura a la vanguardia, en sintonía total con el contexto ambiental, es la piscina Y-40 (Y como el eje de las ordenadas del plano cartesiano, 40 come los metros de profundidad máxima), la joya de la corona del Hotel Terme Millepini.
Nacida de un proyecto ambicioso en el que han participado tanto las empresas locales como importantes entidades que operan en otros países, Y-40 es una obra coral. Esa es la razón por la que la han llamado «The Deep Joy».
4300 m³ de agua a una temperatura que oscila entre 32 y 34 grados, un espejo de agua que mide 21 ×18 m, varias profundidades intermedias, cuatro grutas para las actividades subacuáticas técnicas, un túnel de vidrio sumergido de observación, un sistema de depuración de 720 m³ por hora.
«Única en su especie, Y-40 ofrece nuevas perspectivas laborales a medio y a largo plazo —afirma Emanuele Boaretto con orgullo perfectamente justificado—. Y su objetivo es ampliar el potencial de un territorio que ya está orientado hacia la excelencia».