
Oriente y occidente: su síntesis a través del gusto italiano.
Con la colección «Tesori», la superficie de gres porcelánico se pone al servicio del diseño, facilitando una translación semántica por la que el revestimiento cerámico se percibe como una superficie material (incluso de grandes dimensiones) necesaria para sostener decoraciones gráficas, caligráficas y visiones sígnicas significativas. A través de las tramas presentes en las superficies de «Tesori», la cerámica italiana evoca un imaginario exótico, oriental, y sugiere la idea de un viaje de exploración que se delinea como una valiosa y fascinante confrontación cultural.
GABRIELE MASTRIGLI: “EL PRINCIPIO DEL REVESTIMIENTO”
“El arquitecto tiene el cometido de crear un espacio cálido, acogedor. Cálidas y acogedoras son las alfombras. Él decide, en consecuencia, extender una alfombra sobre el suelo y colgar cuatro en las paredes. Pero con alfombras no se puede construir una casa. Las alfombras, tanto si se extienden sobre el suelo como si se cuelgan en las paredes, necesitan de una estructura que las mantenga en la posición adecuada. Inventar esta estructura es el segundo cometido del arquitecto.” Cuando en 1898 Adolf Loos escribe su fulminante ensayo sobre el “principio del revestimiento” la arquitectura se encontraba al principio de su era moderna. Construir significaba imaginar estructuras capaces de unir materiales distintos, pero, según Loos, respetando sus características. “Cada material posee un lenguaje formal propio y ningún material puede hacer suyas las formas que corresponden a otro material”, comentaba el maestro austríaco.
Y no cabe duda de que el espíritu de estas palabras ha permeado la mayor parte de la arquitectura del siglo XX, independientemente de lugares y estilos. Observando las propuestas de Matteo Nunziati para la colección Tesori de CEDIT se tiene la impresión de que su rigor geométrico y su esmero en los detalles están al servicio de una nueva “verdad” del material. Para Matteo Nunziati, en efecto, la cerámica es más bien un tejido. Las tramas que imagina para los varios estilos de su colección —del árabe al adamascado y a los motivos más geométricos— siempre van en busca del carácter suave y tornasolado del lino consumido. Con estos la cerámica deja de ser la hermana pobre del mármol para pasar a la categoría de verdadero revestimiento: casi como un papel pintado, pero que se adapta tanto a las superficies verticales como a los pavimentos y se brinda como material absoluto y transversal, ya no solo para ennoblecer el baño sino para imaginar nuevos ambientes en cada ámbito de la vivienda (y de otros locales) empezando por la sala de estar. La revolución, ciertamente, sobre todo es tecnológica. Las placas grandes fabricadas por CEDIT superan los tres metros de altura y anulan la formación en serie de los azulejos tradicionales, generando una nueva relación entre el soporte y la decoración. Sin embargo Nunziati no se vale de ello para ofrecernos, como “artista”, un dibujo más evidente, una forma que haga resaltar el tamaño de la placa. Al contrario, las tramas que propone tratan de difuminar lo que queda del límite entre los soportes. En particular los estilos árabe y adamascado, en la solución que muestra una decoración desgastada, nos transmiten una idea de la cerámica como material abstracto, casi inexistente, constituido, en realidad, por el propio motivo decorativo que lo traza, en una especie de revestimiento puro.
A través de una paciente tarea de selección de motivos geométricos y de pruebas acerca de su aplicabilidad a la placa cerámica, Nunziati busca un nuevo material más que una simple decoración; no es casual, por ello, que explore también su dimensión táctil por medio de motivos en hueco y en relieve. Su “principio del revestimiento”, pues, alude a la esencia de la cerámica, más que a su imagen: subraya la versatilidad que, como es sabido, ha hecho de la cerámica un material absoluto, una especie de cemento que incorpora estructura y acabado en un abanico de aplicaciones virtualmente infinito.Lo demuestra bien a las claras la referencia a la mashrabiya, término que en árabe significa lugar en el que se bebe y que originariamente, en la arquitectura árabe, identificaba aquella especie de porches en los que las personas se reunían para estar en compañía y descansar, y que con el paso del tiempo se ha identificado con las celosías de madera con las que dichos espacios se protegían del sol. Inspirados precisamente en el Medio Oriente, los motivos geométricos de la mashrabiya se convierten para Nunziati a un tiempo en la huella de su método de trabajo y en la forma del que de hecho pasa a ser el elemento principal de una nueva idea de espacio: un lugar auténtico concebido en torno a una superficie resistente y acogedora en el que la consistencia física y la decoración se superponen hasta confundirse.