
La recurrencia geométrica, las combinaciones de figuras. Mármol y estuco marmóreo: cotejo, diálogo.
El abanico de placas grandes que ofrece la colección presenta motivos procedentes de dos fuentes de inspiración: por una parte nos remite a la noble y siempre sorprendente textura veteada de determinadas rocas metamórficas; y por el otro nos evoca los refinados fondos cromáticos del estuco marmóreo. Estos dos materiales, si bien de modo diferente, hacen referencia a la histórica cultura italiana de la edificación.
La geometría de un arco de medio punto se emplea, además, para trazar hipótesis de combinación de las dos decoraciones dentro de la misma cerámica, que así adquiere el aspecto de una maravillosa área taraceada que juntar con otras similares para generar un rico conjunto de tramas figurativas y de posibles dibujos bidimensionales, cada uno con un impacto visual propio.
Annalisa Rosso: "Interiores milaneses"
En el teléfono móvil de Cristina Celestino hay una carpeta de imágenes que se denomina “Milano”. Fotografías que parecen apuntes. Se trata de construcciones arquitectónicas, materiales, detalles de formas vistas casualmente durante un paseo, pero no se pueden considerar banalmente pensando en una fuente de inspiración genérica: este sistema de archivo que responde al instinto de un momento forma parte integrante del método de trabajo de la arquitecta y diseñadora, que “empieza libremente” —según sus propias palabras— para después orientarse en un mundo de referencias amplias, de los fulares de Hermès a las obras de los grandes Maestros (en el caso específico de Policroma). A partir de una acumulación en parte espontánea, en parte fruto de estudio y conocimiento histórico profundo, se activa de manera natural un proceso de síntesis e interpretación personal que es el signo de identificación de toda la producción de Celestino.
Así ha sido también en el caso de la colección de revestimientos ideada para Cedit, si bien la diseñadora ha tenido que afrontar por primera vez un proyecto de dimensiones variables, que llegan hasta la escala arquitectónica. Fiel a su estilo, ha reunido referencias diversas. La entusiasta preferencia de Adolf Loos por los mármoles de colores, en particular el Cipollino. Los recuadros metálicos y el estuco marmóreo (marmorino) de Carlo Scarpa en Venecia. Los fulares cuadrados de seda de la moda francesa. Los vestíbulos de los edificios milaneses, Gio Ponti, el propio Duomo. A todo esto se suman los códigos típicos de la proyectista: formas geométricas equilibradas, colores suaves (en una paleta que integra al propio Scarpa), elegancia sin esfuerzo, casi contenida y jovial. Imposible no pensar en una vivienda de aquella burguesía iluminada que ha marcado la historia de Milán, para Celestino ciudad adoptiva e interlocutora inagotable. En sus interiores, incluso en los más inesperados —un tranvía del 1928, la histórica pastelería Cucchi— la diseñadora ha actuado repetidas veces mezclando su intervención con el contexto existente. Un juego de mimetismo que también es la clave de lectura del nuevo trabajo Policroma: los mármoles imitados con la tecnología de Cedit se han seleccionado de entre varias canteras italianas “en vías de extinción”. De este modo un material que va siendo cada día más inusual vuelve a constituir una presencia viva, de una manera distinta que no pretende reemplazar a la natural. Bien el contrario, declara desde el primer momento su voluntad mimética, por ejemplo asociando mármol y estuco marmóreo en algunas variantes con marco en contraste (elemento típico de Celestino, como lo fue asimismo de Scarpa), y retomando con una fórmula contemporánea la tradición centenaria del mármol artificial de escayola.
La selección de las variedades es un rasgo fundamental del proyecto. El Verde Alpi, tan del gusto de Gio Ponti y frecuente en las entradas milanesas, presenta un dibujo compacto. La Breccia Capraia, que todavía se encuentra en algún que otro lugar en Toscana, muestra una base blanca y escasas vetas. El Cipollino, en la variedad especial Ondulato de verde y rojo, se ve caracterizado por espirales. Con el Rosa Valtoce, por otra parte, se construyó el Duomo de Milán, la Veneranda Fabbrica. Una emblemática piedra rayada de frecuente utilización en el pasado, actualmente proviene de una pequeña cantera piamontesa caída en desuso.
Entre los muchos y diversos elementos que configuran la línea Policroma se reconoce la fuente de procedencia artesana del diseño de Cristina Celestino: los módulos se pueden combinar libremente, interpretando por ejemplo el semicírculo de forma cóncava o convexa, o bien replicando a gran escala pequeñas piezas concebidas en un principio como elementos de acabado, detalles funcionales que se transforman en motivo dominante.Vuelve el tema del interior, de un espacio abrigado, grande o pequeño, que diríase suspendido en el espacio y el tiempo, pero que al mismo tiempo se nos antoja seguro, protector. Dibujado a través de revestimientos de una manera seca pero no minimalista, con plena conciencia proyectiva y sin ninguna veleidad artística. Un espacio nada estridente, una declaración de clase. Clase milanesa, indudablemente.