Diseñar un centro de bienestar en un edificio histórico es difícil, pero no imposible, como demuestra el ejemplo de Turín, entre Via Arsenale y Via dell’Arcivescovado. Es el resultado de la firme convicción de Virgin Active, que eligió una ubicación de prestigio para realizar uno de sus centros Club Collection (por el momento, dos en toda Italia).
El dimensionamiento de los espacios depende de las proporciones fijas que deben existir entre las superficies útiles y las funciones: cuanto más complejo es el edificio, más se complica el proyecto. No obstante, en Turín se consiguió el resultado deseado, gracias, entre otras cosas, a una gestión atenta de la imagen. Sin forzamientos, sino simplemente una búsqueda estilística en ambientes que ya estaban muy caracterizados por los acabados y volúmenes típicos de los edificios históricos importantes.
El gran vestíbulo de la entrada se ha convertido en un crisol de funciones que van desde la recepción hasta el restaurante e incluyen la zona de estar y el punto de internet; representa el centro en torno al cual gravita todo el club, un lugar donde encontrarse y socializar. El resto de las funciones (piscina, spa, fitness, vestuarios) se han distribuido en dos niveles y se han adaptado a la disposición específica de la planimetría, sin recurrir a derribos.
Únicamente la piscina ha requerido obras de ingeniería de gran envergadura que, sin embargo, no han alterado la estructura, sino todo lo contrario: han resaltado su valor escenográfico por medio de un ventanal que da al vestíbulo, desde el cual es posible apreciar el mundo del agua con gran facilidad.