En el corazón de la elegante ciudad de Viena, la vanguardia se nutre de historia y reinterpreta su arquitectura. En efecto, la musa inspiradora del restaurante Terra Rossa es la domus romana.
Este templo del gusto contemporáneo se articula en dos plantas y está iluminado con una cálida luz natural gracias a las amplias ventanas que van del suelo al techo. Terra Rossa es el feliz resultado de una selección estilística precisa y perfecta.
El compluvio central, una abertura que une las dos plantas formando una dimensión común, manifiesta los volúmenes y las formas del edificio, hasta tal punto que el espacio exterior anula la contraposición de lo abierto y lo cerrado y se asimila al ambiente interior.
«Hemos adaptado las soluciones arquitectónicas típicas de la domus romana y las hemos aplicado a toda la planimetría del edificio —aseguran los arquitectos que firman el proyecto—. Todos los locales, incluido el bar que está orientado hacia el luminoso techo de la galería, están dispuestos alrededor del atrio central, el cual, a su vez, los define».